Tuenti, Facebook, Twitter…. Las redes sociales representan hoy en día una parte esencial en la vida de millones de personas. Pasamos horas frente al ordenador inmersos en ese mundo de relaciones cibernéticas, de exhibición de los momentos que pasamos con nuestras familias y amigos, de comentarios en tablones y fotos, de eventos aceptados y peticiones ignoradas…. Pero ¿Dónde está el límite? ¿Las redes sociales solo tienen un fin…social? Son preguntas que debemos tener en cuenta.
En mi caso, la red social que prefiero es Tuenti, pero no la calificaría como “herramienta académica”, ya que mi uso de ella se centra más en lo social. Si bien es cierto que en lo que se refiere a contactar con compañeros de clase para trabajos y prácticas es muy útil y económico, pero no más allá de ello. Desde el punto de vista académico utilizo el ya tradicional tablón de docencia, algunos portales de leyes (noticias jurídicas), y las páginas especializadas en departamentos concretos (webcim o swad).
Recientemente he podido comprobar otros campos de actuación de las herramientas de Internet, como es el caso de su uso académico. Para ser sincera me mostraba reticente al inicio, supongo que por el hecho de la “imposición voluntaria” que percibí cuando al comenzar una asignatura me vi obligada a crearme cuentas en diferentes redes sociales de las que, en algunos casos, ya había sido usuaria y me había eliminado. El hecho de tener que “vigilar” mis cuentas me hace sentir cual niñera que cuida de los hijos de otro, que debes hacerlo bien pero que, a veces, solo piensas en la recompensa de hacerlo.
Aunque no son todo malas experiencia, hay que saber sacarle el lado positivo a los acontecimientos que se te presentan, en este caso usar las redes sociales (más concretamente Facebook) para gestionar todo lo concerniente a una asignatura me ha permitido tener actualizado el diferente temario y poder interactuar tanto con profesor como con alumnos, los cuales por cierto en algunas ocasiones hacen alarde de su agilidad buscando noticias y bombardean el tablón con millones de entradas que solo leen ellos.
También he podido estar bien informada sobre los distintos criterios de evaluación de la asignatura así como las tareas que era necesario realizar y como realizarlas. Es un alivio no tener que preguntarte constantemente qué hacer, cómo, cuándo y de qué manera. Claro que tener que meterte en la piel de un “bloguero” y realizar artículos no es plato de buen gusto para todo el mundo…más cuando ves cómo te miran imperturbables los apuntes de las otras asignaturas en el escritorio, que no son pocas…
No hay que centrarse solo en el uso de Facebook, hay multitud de herramientas que se pueden utilizar académicamente. No hablo únicamente de Google y Wikipedia…ni del Rincón del Vago, si no de herramientas tales como Delicius o los Blogs especializados…claro que hay que saber utilizarlas. Entonces ¿dónde está el problema? La respuesta es sencilla…en el tiempo. No tenemos tiempo, o no queremos tenerlo, en pararnos a realizar actividades y en buscar herramientas o respuestas. Queremos actividades más prácticas, ejercicios específicos, preguntas concretas… queremos facilidades al fin y al cabo. Esforzarse, en ocasiones, no entra dentro de nuestro vocabulario.
Sinceramente no sé si estoy en posición de sugerir mejoras futuras en este tema. Pero mi más sincera opinión es que no me gusta que me impongan el uso de las redes, y el mero hecho de hacerlo hace que asocie su utilización a algo “negativo”, aunque no es mala idea porque posee muchos aspectos positivos, como anteriormente he expuesto. En esencia, la experiencia que saco de esta aventura no la calificaría como positiva, más como “interesante” , o “forzosa”, pero…qué sabré yo!!!